lunes, 4 de febrero de 2008

Que le pasa a esta silla

El peso no se gana de un día para otro, pero en mi caso tomo solo año y medio para pasar de 125 a 153 de un sólo viaje sin pasar por GO ni cobrar los $200. (Monopolio dixit).

El drama comenzó en un viaje de vacaciones de carnaval a Margarita en 2006, con mis fieles aun pantalones talla 42 apretaitos, nos fuimos de paseo y en el obligado tour de compras por la isla encuentro un sitio con ropa en tallas grandes. A los flacos que me leen, les informo que es casi imposible en este pais encontrar ropa en talla mayor a 40, y esta imposibilidad crece en forma exponencial al subir la talla.

Afortunadamente encontre unos jeans a excelente precio, buena calidad, pero habia una mala noticia, eran 44 (el temido cuaracuacuá), pero ni modo, me equipe con mis nuevos jeans y unas cuantas franelotas 2XL.

Al final de ese año los pantalones para estreno ya eran 46 y para el carnaval de 2007 regrese a Margarita y re-equipe con esa nueva talla. Unas cuantas camisas XXL y ni pendiente de cuanto pesaba...Margarita es un paraiso para comprar ropa gorda....

En las vacaciones escolares del mismo 2007, volvi a vacacionar en la isla y los jeans comprados tan sólo 4 meses antes tuvieron que ser cambiados esta vez por pantalones talla 50 que me ofreció un dependiente de la tienda que estuve a punto de estrangular, para luego aceptar su acertado ojo.

Había llegado a los 150 Kilos y cuando comenzó la temporada de beisbol de este año y asistí a mi primer partido, al sentarme en la silla asignada pense ¿Qué esta pasando con esta silla?...¿Será que encogió durante el receso?...¿Instalaron otras mas pequeñas?..., Me di cuenta de que de seguir asi el año entrante tendria que comprar dos sillas y picar con una segueta el apoya brazos entre ambas para poder sentarme.

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